Confieso que el hombre me inspira una gran curiosidad.

Ningún otro reptil es más interesante. Digo esto suponiendo que sea un reptil, idea que viene de dos rasgos que he advertido en él: cabello ondulado y ojos azules. Casi no tiene caderas. Parece una zanahoria y cuando está parado, se expande como una esponja. O es un reptil, o es una obra de arquitectura.

Mi primera impresión al verlo fue de miedo. Cada vez que él me miraba, yo salía corriendo, porque creía que enseguida me cazaría.

Pero poco a poco fui advirtiendo que su único deseo era el de alejarse, así que cuando pude superar mi timidez, lo seguí a una distancia de veinticinco pasos, con una asiduidad que terminó por ponerlo nervioso e intranquilo. Y finalmente, en el colmo de la exasperación, se subió a un árbol.

Esperé un rato largo, y al ver que no bajaba, regresé a casa.


Hoy sucedió lo mismo. Yo acudí para buscarlo en el árbol."

"Tiene gustos vulgares, y sus inclinaciones no pueden ser más violentas.

Ayer por la tarde, a la hora del crepúsculo, descubrí que se había bajado del árbol y que intentaba atrapar a los coloreados e inquietos pececitos del lago.

Tuve que arrojarle una piedra, y cuando lo hice, se subió a su árbol y dejó en paz a los animalitos que jugueteaban inocentemente.

¿Para eso será el hombre? ¿Acaso no tiene corazón? ¿No le inspiran piedad las criaturas inofensivas? ¿Será posible que lo hayan proyectado y fabricado para una obra tan cruel? Eso es lo que indican todas las apariencias.

Uno de mis proyectiles hizo blanco. Le di al hombre detrás de la oreja. Habló... Escucharlo me produjo un escalofrío. Es la primera vez que oigo una voz humana, por supuesto, aparte de la mía

No presté atención a lo que dijo, pero sus frases parecían muy elocuentes.

Descubrir que tiene el don de la palabra reavivó mi interés en él, porque me gusta conversar. Hablo desde la mañana hasta la noche, y sigo hablando cuando duermo.
Soy muy interesante, pero lo sería más todavía si tuviera alguien con quien conversar.

Entonces creo que, si me dejaran, nunca pararía de hablar."

 



"Esta nueva criatura, de largos cabellos, es bastante molesta. La encuentro por todas partes y me sigue siempre. Detesto que haga eso. No estoy acostumbrado a estar en sociedad.

Quisiera que se quedara con los demás animales. Hoy es un día gris, el viento sopla del Este. Creo que "nosotros" vamos a tener lluvia. Dije "Nosotros", ¿dónde habré aprendido esa palabra? Ahora lo recuerdo, la aprendí de esta nueva criatura.

Me construí un refugio para defenderme de la lluvia; pero es imposible conservarlo para mi uso exclusivo.

La nueva criatura se ha refugiado en él; y cuando quiero echarla, le brota un manantial por cada uno de los dos agujeros que tiene en la cabeza para mirar.

Se enjuga el agua con el dorso de su pata o deja oír un gemido lastimero, parecido al de los demás animales cuando están en peligro".

"Tal vez debiera tomar en cuenta que ella es muy joven, que es una chiquilina, y que debo tratarla con un poco de paciencia.

Todo en ella es curiosidad, deseo, actividad. El mundo se le aparece como un espectáculo encantador, como una maravilla, como un misterio.

Ver una flor desconocida le produce un arrebato de alegría. Acaricia la flor, se la acera para aspirar su perfume, le dirige palabras tiernas.

Si le fuera posible quedarse quieta y permanecer tranquila por lo menos dos minutos, creo que su rostro me produciría un efecto de agradable serenidad.

Estoy seguro, porque pude darme cuenta de que es una criatura deliciosa, por pequeña, por esbelta, por frágil, por redondeada, por delicada, por graciosa.

Recuerdo un día en que la vi sobre una piedra lisa y brillante que usaba como plataforma. Blanca como el mármol, bañada por un rayo de sol, echaba hacia atrás su joven rostro y se hacía sombra sobre los ojos con la mano para seguir el vuelo de un pájaro en el cielo.

Ese día descubrí la belleza femenina."


Mark Twain : Los temas bíblicos de la creación del mundo y del hombre obsesionaron a Mark Twain (1835-1910) durante toda su vida de escritor. Es constante la referencia en sus relatos, cartas y anotaciones a trabajos que estaba desarrollando, o proyectos que planeaba, con la intención de reunirlos en una magna obra dedicada a los escritos bíblicos. Mark Twain conocía muy bien la Biblia, como lo demuestra la gran influencia que tuvo en toda su obra, pero en estos relatos sobre el Antiguo Testamento encontramos también las huellas de su propia vida: El diario de Adán y Eva se convierte en un tierno y emocionado recuerdo de su mujer, Olivia Langdon, que había muerto un año antes de su redacción. En todos estos relatos está presente, como factor unificador, el vigoroso humor de Mark Twain, con su estilo sencillo, directo, ácido e irreverente, y la misma actitud franca y vital en defensa del ser humano cuyas debilidades y pretensiones ridiculiza. Escritos originalmente en dos piezas, que posteriormente Twain

expandió, revisó y fundió, El diario de Adán y Eva es un claro ejemplo del sentido del humor de su autor y de sus observaciones sobre la naturaleza humana, retratando a Adán como un hombre cuya máxima ambición es dedicarse a no hacer nada, pero cuya curiosidad le domina una vez estimulada por su mujer, y a Eva como una mujer inquieta que quiere comprender todo aquello que le rodea y tiene la necesidad de compartirlo con cualquiera que le escuche, lo que inicialmente le limita a su indiferente compañero.
Fragmentos de "El diario de AdáN y Eva" de Mark Twain FUENTES: http://www.interplanetaria.com/ficha.php?id=adan_eva http://www.interplanetaria.com/contenido.php?id=adan_eva http://www.foro3k.com/biblioteca-3k/88716-te-invito-leer-el-diario-de-adan-y-eva-de-mark-twain.html http://adanyeva.blogspot.com/