Cuautla (México) 6-8 de noviembre 2009

En general fue un viaje tranquilo para mí, no que no lo hubieran sido los anteriores pero esa semana me aquejo una bronquitis que temía me obligara a cancelar aquel viaje. Gripe más otoño, más brisa, más nudismo no son una buena combinación.

Salir de la Ciudad de México en día viernes es un martirio. Después de un denso tráfico y disgustos, llegamos a la terminal de autobuses en Cuautla, en el Estado de Morelos, de ahí a comprar alimentos para posteriormente tomar un taxi y dirigirnos al lugar de reunión.

Ya al llegar al sitio y tocando el timbre, casi de inmediato una voz conocida, y al abrir la puerta nuestro anfitrión nos recibe completamente desnudo, que en estos casos ya no es sorpresa. Al interior ya casi todos en ' traje' de carácter .

En ese momento llegué tan estresado, que preferí preparar parte de mis alimentos para los días subsecuentes. A mí cocinar me des estresa, no así lavar los trastes. Es más fácil hacer equipos, uno cocinando y otro lavando para comer juntos y relajados, y así fue.

En la sobremesa, la plática fue amena con el grupo mixto, que en ese momento departía al desnudo, conforme iban llegando mujeres y hombres, bromeábamos sobre clases de cocina y recordando viajes anteriores.

Más tarde, a la hora de ir a descansar, tuve la fortuna de poder dormir en una cama, pues todavía no habían llegado todas las parejas anotadas.

Se entiende poco de lo incomodo que es tener que dormir en cualquier lugar por ser 'hombre solo', teniendo la experiencia previa de dormir en el suelo o sobre una mesa de billar, como ya lo hube hecho en viajes anteriores, no obstante, nuestro anfitrión siempre es muy amable y tiene a la mano colchones inflables.

Las incomodidades se compensan bastante por el valor intrínseco de la convivencia y el poder acceder a un espacio donde puedo convivir de igual a igual con otros individuos, o por lo menos con aquellos que se permiten integrarse, que afortunadamente son la mayoría.

Escuche en muchos momentos una expresión afín: el nudismo hermana . en medio del barullo de los otros diálogos, las risas y todos los sonidos de un espacio vivo.

Ya al otro día siguen llegando más asistentes, entre ellos un matrimonio joven acompañados por el hermano-cuñado y la pequeña hija de los consortes, una linda niña muy platicadora que consiguió convencerme de tirarme a la alberca con tremendo resfrío; ya más tarde se veía a toda la chiquillada haciendo feliz barullo por todas partes.

Los que deciden por el ostracismo y la intolerancia tienen su propio espacio y es muy obvio; dichosamente es una minoría en comparación al tamaño del grupo, teniendo en cuenta el respeto.

En ese momento lo que menos me importa es saber que si lo que sucede es desnudez social, nudismo, naturismo o si es mejor uno que el otro, pues en mi entendimiento de las cosas MI DESNUDEZ SÓLO ME PERTENECE A MI y soy feliz en ella en compañía de otras personas desnudas.

Que si su género, orientaciones y preferencias sexuales, estado civil e intimidad son diferentes a mi persona, o a mis prejuicios, eso va perdiendo importancia, pues me diluyo en medio de una incipiente comunidad que hemos construido con mucho esfuerzo.

Pareciera que estas reuniones, son en su mayoría de o para nudistas habituales, sean o no naturistas, poco se toma en cuenta la promoción o a la sensibilización de otros individuos que potencialmente también podrían disfrutar de su desnudez socialmente.

Últimamente para mi estas reuniones han sido más valiosas por los momentos en los que nos sentamos a conversar, el ambiente se llena de anécdotas: desde una primera vez, también de cómo los perciben sus familiares (que no prefieren la desnudez) o comparten sus experiencias nudistas en diversos espacios y circunstancias a las que han asistido por voluntad propia, lo interesante es encontrar los puntos en común y aprender de las diferencias.

También dimos paso a otras actividades deportivas, donde las mujeres fueron capitanas de equipos; todos participaron con mucho entusiasmo, lo mismo a jugar voleibol que futbol y ya en la noche basquetbol, siempre en equipos mixtos.

El algún momento, pude platicar con la ultima chica que llegó y que se había integrado de inmediato a todos los equipos nudistas, me comentó algo que me sorprendió mucho: Era su primera vez en una reunión nudista, difícil de imaginarlo al verla tan contenta corriendo de un lado para otro, haciendo piruetas después de un gol anotado por ella.

Creo que siempre pensamos y ensoñamos utopías, y no importa el grupo de abstracción, pero estoy seguro que debe ser muy significativo para toda mujer, hombre o transgénero tener una primera experiencia nudista -socialmente- dentro de un entono que le ofrezca absoluto confort.

Los detalles se siguen y no es posible describirlos todos en tan breve espacio, sin embargo es curioso encontrarme con personas que su andar en el nudismo es de más de 15 años, pero toda su experiencia había sido en el extranjero (por medio de los organismos y federaciones nudistas norteamericanas) y apenas ahora eran sus primeras experiencias en reuniones nudistas en México.

A través de sus pláticas me sorprende saber que desde algunas asociaciones nudistas en EUA existe un comité que está en constante contacto con el Congreso para revisar casos de intolerancia o proyectos que puedan perjudicar proyectos nudistas en la unión americana. Creo que estamos muy lejos de algo así en México, pero no imposible.

Habría tanto que contar. todo viaje es particular con todos sus matices buenos y malos que nos retroalimentan, pero con todo, cierto es que siempre estaremos en la búsqueda de lo mismo: Encontrar seres afines a intereses comunes y si se está desnudo ¿Qué podría ser mejor?

Ulises Velázquez

México

ave_ulises@yahoo.com