CHARLA ENTRE AMIGAS
Nos
encontramos luego de muchos años. Nuestras caras eran una muestra del paso
del tiempo. De jóvenes habíamos compartido aventuras, amistades, secretos
etc.Próximas
a los cincuenta años arrastrábamos éxitos y fracasos lógicos de la vida, el
café se enfriaba bajo la mirada displacentera de un mozo que no nos veía
consumir nada más y la noche se cerraba y había mucho que conversar.
Surgió
entonces la idea de pasar un fin de semana juntas, ambas sin compromiso de
matrimonio no estábamos atadas a la lógica dependencia de una relación. Así
fue como en la tarde de un viernes, partimos a su quinta en las afueras de
Buenos Aires.
La charla
en el auto cerró la brecha de los tiempos no compartidos, y pocas cosas
quedaron sin decirnos luego de más de veinte años.
El sábado
de diciembre pintaba como un día de sol a pleno y decidimos aprovecharlo en
unas reposeras. Sin ponernos de acuerdo habíamos desayunado en traje de baño
y como que no queríamos que el día se nos fuera de las manos como el agua,
ni bien pudimos empezamos a aprovechar la oportunidad de broncearnos.La charla
se fue extinguiendo, y parecía que ya poco nos teníamos que decir….
En un
momento ella me preguntó si no me molestaba que hiciera topless a lo le
respondí que para nada e incluso la imité. Sin mirarla me di cuenta que su
cuerpo no tenía marcas de traje de baño, sin bien el bronceado aún era
precoz. Descuidadamente, al rato, le dije como al pasar…-y si nos sacamos
la tanga?Las dos
estábamos solas, nadie cerca, y ella sonrió diciendo “_ cómo no, no sabía
cómo decírtelo Me gusta tomar sol desnuda_” acotó. Le
respondí algo como que yo también lo hacía cuando podía y que ese era mi
secreto. Y entonces una carcajada arrancó una nueva etapa de conversación.
Ambas,
educadas castizamente, habíamos llegado al nudismo de diferente manera. Ella
básicamente en su quinta desde siempre, y yo por mi ex esposo en playas
solitarias al principio. Y asimismo, ambas habíamos frecuentado playas
nudistas en el exterior.Descubrimos que no teníamos el mambo criollo femenino sobre la desnudez y
disfrutábamos de ella cuando podíamos. Y así la conversación se empezó a
desarrollar, en parte sobre ello, y no dejamos de charlar sobre la actitud
de conocidas comunes sobre el tema.
Coincidimos que la desnudez es libertad y respeto, ya que no se está desnuda
donde no se puede. Que desnudas somos todas muy parecidas, y pareciera que
los cuerpos se acomodan de una manera similar. La vestimenta puede exagerar
defectos físico-culturales.
El
cuerpo, sólo vestido con crema para el cuerpo, nos resultaba una hermosa
sensación de placer y disfrute personal.
Para
ambas el nudismo era un secreto íntimo, poco compartido, pensábamos que
nuestras amigas comunes se podrían escandalizar, no por esa tarde
compartida, sino por nuestra habitualidad en disfrutar la desnudez, sea en
nuestras casas como en lugares públicos donde se pudiera estar en traje de
Eva.En
nuestra charla quedo claro que el desnudo no tiene de por si connotación
sexual, aunque ambas coincidimos que en nuestras parejas había tenido un
positivo resultado.
No
miramos a la gente desnuda para ver sus desnudeces. Así como para nosotras
es difícil no recordar cómo estaba vestida una amiga en una fiesta, no
recordamos con exactitud cómo es su físico, en detalle, aún si la vimos en
la ducha del vestuario, ya que desnudas no miramos al prójimo al prójimo por
mirar…. pareciera que la desnudez nos iguala, nos hace diferentes o es que
esconde las diferencias físicas?
La tarde
dejó lugar a la noche y nuestros cuerpos sólo se cubrieron de pareos,
cenamos y ya en la soledad de mi dormitorio pensé que nuestra desnudez
compartida había abierto todas las barreras que nos podrían dificultar saber
cómo era cada una de nosotras.
La mañana
del domingo amaneció igualmente soleada que el sábado, decidimos tomar sol
desnudas pero con nuestras bikinis prontas, ya que vendrían dos amigas de la
dueña de casa. Sobre el mediodía arribaron y como es normal, al menos para
mí, al rato yo conversaba con ellas como si las conociera de toda la vida.El sol
invitaba a ponerse en sus brazos, entonces mi amiga sugirió a las recién
llegadas que se pusieran el traje de baño y armáramos el grupete tomador del
sol.
Con una
sonrisa cómplice ya las cuatro acomodadas ella dijo - Marcela tiene algo
que proponerles,… Medio sorprendida les dije a las dos _y si hacemos
topless? Sus rostros se transformaron y cambiaron de color, sus risas
sociales se convirtieron en caras de sorpresa y antes de esperar una
repuesta dije- fue un chiste!Así las
caras de sorpresa pasaron rápidamente a una risotada con el comentario –
creíamos que lo decías en serio y ni loca lo haríamos. Mi amiga y yo tuvimos
una sonrisa cómplice y continuamos disfrutando las cuatro sin drama.
Este
verano iremos a Chihuahua las dos…
María Gómez
Argentina
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