ALIMENTACIÓN Y CONTAMINACIÓN
El
nudismo tiende a la búsqueda de la salud física y mental del individuo.
La alimentación sana es una de las principales fuentes de prevención de
enfermedades. Una buena alimentación ayuda a mantener al organismo
fuerte y saludable. Por eso es importante aprender a seleccionar los de
mejor calidad procesarlos y a conservarlos correctamente para evitar el
desarrollo de bacterias que contaminan los alimentos. El primer eslabón
de la cadena, ese primer punto de partida, es el supermercado o el
establecimiento en donde hacemos las compra.
Hoy día
sabemos que determinadas alteraciones y enfermedades se relacionan con
desequilibrios en la alimentación, ya sea por exceso (obesidad,
problemas de tensión, colesterol elevado…) o por defecto (falta de
vitaminas y/o minerales, etc.). Se considera que una alimentación
es adecuada si es capaz de cubrir las necesidades del organismo; de
acuerdo a las características personales, con el fin de alcanzar o
mantener un buen estado nutricional.
Sin
embargo, aun los productos naturales pueden llegar contaminados al
consumidor, por falta de las previsiones sanitarias, apareciendo
microbios patógenos en animales enfermos que dan origen a productos
contaminados, como asimismo durante la elaboración, a causa de
portadores de enfermedades que manipulan alimentos, en la manipulación,
el transporte, la distribución al público de los alimentos, y la
originada por el mismo consumidor.
Son muy
frecuentes los casos de verduras contaminadas por riego y lavado con
aguas servidas; la manipulación de alimentos en lugares sucios (suelo,
polvo, etc.); el contacto de los mismos con animales, el transporte en
forma no higiénica (sin refrigeración, sin cobertura, etc.); y el
deterioro por almacenamiento prolongado sin las medidas necesarias
(refrigeración).
La
contaminación química se debe a la presencia de elementos o sustancias
químicas provenientes de desechos de actividades humanas, de la adición
deliberada de sustancias a los alimentos, o sustancias tóxicas de origen
natural, que convierten a un alimento en peligroso para la salud. :
Metales, pesticidas, fungicidas y herbicidas, hormonas, aditivos para
preservar y colorear los alimentos.
La FAO
publicó una lista de los diez gérmenes patógenos que están mayormente
presentes en los alimentos de consumo masivo, como las carnes de vaca,
cerdo, pollo, pescado y productos frescos. Las bacterias más habituales
en la contaminación de los alimentos son: Salmonella - Listeria mono
cytogenes -Campylobacter- Staphylococcus aureus - Shigella -.Yersinia
enterocolítica.
El
objetivo de estos estudios es desarrollar normas para el comercio
mundial de alimentos que ayuden a los países a controlar la presencia de
estos parásitos en la cadena alimentaria, El informe de la FAO/OMS
enumera una serie de formas de reducir el riesgo de infecciones
parasitarias. Fundamentalmente estas prevenciones van dirigidas a los
productores, elaboradores, transportistas y consumidores.
Prevenciones
- Mantener
una correcta higiene personal, así como también de las superficies de la
cocina y los utensilios. Lavar muy bien las manos constantemente,
vestimenta limpia y de uso exclusivo y ropa protectora, cubrecabezas y
calzado adecuado.
- No dejar comida fuera de la heladera por más de dos horas.
- Evitar
comer los encurtidos que se hayan conservado en el refrigerador mucho
tiempo (salame y otras carnes procesadas.) las que contienen nitrato
de sodio.
- Comprar
preferentemente los alimentos que no estén procesados con productos
químicos.
- Leer las
etiquetas de los alimentos evitando consumir los aditivos nocivos como
glutamato mono-sódico o MSG.
- Usar
azúcar sin procesar o endulzantes naturales. Los artificiales, son
productos químicos.
- Comprar
carne, huevos y leche orgánicos que no contengan hormonas.
- Consumir
frutas y verduras orgánicas que no contengan pesticidas tóxicos y
tratarlas previamente con agua y unas gotas de cloro o vinagre blanco
durante 10 a 15 minutos para luego enjuagarlas con agua abundantemente.
- Evitar el
consumo de pescados que contengan alto nivel de mercurio o un intenso
sabor a amoniaco.
- No
cocinar con elementos de aluminio, el que se va derritiendo gradualmente
en la comida y luego ingresa en el cuerpo.
- No usar
recipientes ni botellas de plástico para guardar los alimentos,
especialmente si estos están calientes, porque producen dioxinas.
- Comprar
alimentos verificando que no estén vencidos ni hayan perdido la cadena
de frío. Corroborar que se trate de un lugar limpio que siga las
prácticas de higiene sugeridas por las autoridades de sanidad, además de
las indicadas para la conservación de alimentos.
Ante cualquier irregularidad, avisar inmediatamente al establecimiento.
Evitar comprar alimentos en la vía publica.
- Revisar
los paquetes de comida congelada descartando los que están dañados,
abiertos, retorcidos o aplastados en las puntas. No comprarlos si el
envase es transparente y el contenido tiene hielo cristalizado. Cargar
los alimentos frescos y los congelados al final de la compra y ponerlos
en bolsas separadas para que no contaminen a los otros alimentos.
- No tomar
leche sin un previo proceso de descontaminación. Las carnes y pescados
deben estar refrigerados o congelados. Los mariscos solo consumirlos
cocidos.
- No
consumir conservas que no se encuentre en perfecto estado o que
presenten alteraciones en el envase,
Inspeccionar las latas y conservas, para corroborar que no estén rotas,
rajadas ni golpeadas. Desechar los productos que estén abiertos o que
hayan perdido líquido.
- . Usar
huevos frescos y lavarlos previamente. Separar las áreas de preparación
de alimentos evitando el contacto entre los alimentos crudos y cocidos.
- Conservar
los alimentos congelados a -18ºC y descongelar en refrigerador o
microondas. No volver a congelar.
- Utilizar
agua potable en las preparaciones, y para beber, de lo contrario
hervida.
- Ante la
mínima duda sobre el estado del producto descártelo, no corra riesgos.
Fuente consultada:
http://www.fao.org/
Colaboración de David Ovand |