El desnudo tribal. Los Dinka

Los Dinka son un pueblo originario de Sudán del Sur que viven desde el siglo X en la orilla del río Nilo. Son aproximadamente algo más de un millón y están divididos en unos 21 grupos, cada uno de ellos con su propio líder legítimo. Fueron sedentarios en sus orígenes, hasta que la colonización inglesa fomento su asentamiento en aldeas. Esta etnia, junto con los Massai, son considerados una de las tribus con mayor estatura de África.

Esta tribu sufrió los efectos de la guerra civil en Sudán en que cientos de miles hombres y mujeres murieron de hambre o como consecuencia de la guerra. Actualmente los Dinka viven en el recién creado país de Sudán del sur y se han convertido en la etnia dominante de ese país. Los Dinka, como pocas tribus, se han sabido adaptar a los distintos grados de desarrollo de las comunidades. Unos viven bajo sus costumbres y otros inmersos en la rutina de las ciudades.

Su principal recurso económico siempre ha sido la ganadería, y en menor medida la actividad agrícola y pesquera, Los hombres se ocupan principalmente del ganado y las mujeres de la actividad agrícola.

El ganado no es utilizado para la alimentación sino por su leche y derivados. Sólo en situaciones excepcionales los sacrifican en señal de duelo cuando fallece un miembro de la comunidad.

Practican la poligamia y carecen de clases sociales. El ganado vacuno tiene un contenido religioso y se utiliza en sacrificios rituales. Les gusta decorarse el cuerpo; a veces se arrancan algún diente por cuestión estética, las mujeres se afeitan la cabeza y las cejas, se visten solamente desde la cintura hacia abajo, con pieles de cabras mientras que los hombres suelen andar desnudos, llevando solamente collares alrededor del cuello y en algunos de temprana edad se les puede notar el cabello pintado de rojo.

Los Dinka se relacionan en forma tan natural con el entorno que los niños no sólo dirigen enormes rebaños de vacas, sino que beben leche directamente de las ubres. Su sociedad es muy igualitaria, careciendo de un sistema de clases sociales.

La poligamia es habitual entre ellos y mantienen la tradicional dote que la familia del novio ha de entregar a la de la novia, y por lo general se casan miembros de los diferentes clanes existentes, lo que refuerza su cohesión social. Cuando una mujer se queda viuda, se vuelve a casar con un hermano de su esposo fallecido, lo que para ellos da seguridad a la viuda y a sus hijos. En el caso de poligamia, cada co-esposa es responsable de sus propios hijos, pero esto no impide que todos los hermanos de distintas madres se alimenten, críen y crezcan juntos.

Normalmente los dinkas llevan poca ropa, y en el caso de los hombres suele ser habitual que vayan desnudos sólo con sus clásicos collares alrededor del cuello. Las mujeres por su parte suelen llevar una piel de cabra en la cintura. Es bastante habitual ver a los hombres con el pelo teñido de rojo, para lo cual usan orines de vaca, y las mujeres se afeitan la cabeza y las cejas, dejando sólo una ligera capa de pelo. Los hombres que se dedican al pastoreo se untan con ceniza de estiércol de vaca para ahuyentar los mosquitos

Cuidan mucho, especialmente los hombres, de la ornamentación del cuerpo. Suelen quitarse algunos dientes por una cuestión meramente estética. Los hombres que se dedican al pastoreo, utilizan ceniza de estiércol de vaca para ahuyentar los mosquitos. Es fácil ver hombres, especialmente entre los jóvenes, con el pelo teñido de rojo, para lo que utilizan orina de vaca, mientras que las mujeres se afeitan la cabeza y las cejas, dejándose sólo una mata de pelo encima de la cabeza.

Si bien existe una minoría cristiana y musulmana, más del 90% de los dinka mantienen su tradicional religión. Creen en un sólo Dios, llamado Nyalitch, creador y fuente de la vida, sin embargo, se mantiene alejado de los problemas humanos y por ello tiene dos intermediarios, conocidos como Jak y Yath. Los antepasados, en función de la vida que llevaron, siguen "conviviendo" con la familia y los sacerdotes son los encargados de hacer sacrificios (generalmente una vaca o una oveja) para mantener contentos a los intermediarios de modo que propicien que las cosas vayan bien para la comunidad.

En el relato del viaje a una aldea Dinka, que tuvo lugar en 1950 su autor expresa:

“Personalmente, no tengo una estatura para enorgullecerme, y en medio de estos gigantes, tengo más bien el aspecto de un enano… Nuestros Dinka están en cueros vivos, tanto las mujeres como los hombres (las mujeres casadas llevan, la verdad sea dicha, un minúsculo taparrabos… Su desnudez crea un problema muy molesto para el cámara, sobre todo porque los Dinkas tienen atributos viriles muy desarrollados de los cuales no están poco orgullosos. No se les puede pedir que admitan el menor trozo de tela… Es como si se les pidiera a las mujeres guapas que se pusieran un velo en la cara delante de la cámara de fotos. Se muestran muy obstinados. Les preguntamos un día delante de un misionero que nos servía de intérprete porque rechazaban con tanta obstinación el taparse sus partes íntimas. - Es una vergüenza para un hombre querer esconder su virilidad, nos respondieron con un aire retador que nos dejó sin palabras.”

 

Fuentes:

http://sildan.blogspot.com.ar/2015/08/la-tribu-sudanesa-dinka.html

www.izaping.com

www.elpais.com