Nudelot nuevos hallazgos.
Capitulo 25 – Desvaríos sobre el amor
Los
atardeceres en Nudelot son hermosos, porque la sabiduría de sus
arreboles nos cuestiona el alma y despiertan, al sol dormido que nos
habita. Hay oscuridades que no son más que velos grises, como la
vergüenza que se refleja en las miradas de los novicios.
Dejemos que nuestras voces expresen como el canto de la lira, las
canciones astrales que recitan a los relatos que inmortalizara cada
primavera. Son muy diferentes las emociones y las verdades que sentimos
y expresamos en versos, cuando nos desnudamos para revelar de la manera
más franca, el sentir de las mariposas de luz del alma.
Mi alma se impacienta con las estaciones de los momentos de la vida.
Intento descifrar misterios con reflexiones profundas, con el alma
desnuda, para que el imaginario revise con calma las aventuras y las
desventuras, que preceden y proceden a esa sabiduría que nos conmueve y
nos desgarra, para enfrentarnos con mesura a los enemigos de nuestros
sueños.
Para el nudelotense, cada amanecer es un día más del hermoso futuro, que
se propone y se construye. Al despertar, poco a poco nos despojaremos de
las conversaciones insulsas. Nada misterioso tiene letargo de quien
medita.
Se receta serenidad a las almas que se despiertan, a las desahuciadas
que se recuperan, y despojan del dolor al cuerpo y al alma, para que
sueñen, se ilusionen y marchen hacia una nueva opción de vida.
Tenemos que vivir y disfrutar, de aquello que otros no vivieron por
miedo, por un falso pudor, por una vergüenza mutiladora de placeres y
nuevas oportunidades para el espíritu.
No respiremos más dolor. Nadie pierde al perderlo. El destino son sueños
caminantes. No nos espantemos con nada extraño. No nos avergoncemos de
los más bello y hermoso: Nuestro cuerpo.
No existe bálsamo más poderoso que el amor a los demás, que es el sol de
las agonías. El amor no tiene precio, porque no es un oficio. No existe
más remuneración que el que nos respondan con la reciprocidad del
sentimiento! La alegría amorosa, sana a todo tipo de tristeza y a las
penas.
Entre las ruinas de los espejismos del viento, rebusco entre las raíces
de mis ancestros un camino en el desierto que me conduzca como un delfín
sobre el tapete azul, al corazón del sol que me permite imaginar y
concebir, nuevas opciones para nuestro paraíso.
El otoño es como un verdugo que disfruta con los gemidos del dolor y
esos ávidos miedos que proclama el encandilador desamor. Deseo
hechizarme con las idílicas estrellas brillantes del firmamento que me
seducen, como la luz de la luna.
Los que amamos sabemos que siempre hay una hermosa flor oculta en el ser
amado. No creo que existan flores del mal, sino flores tristes y heridas
por el desencanto o las desilusiones,
Es sano aconsejarle al corazón, que no tome con prisa sus decisiones. El
tiempo se agota y por eso uno desvaría con angustia. Hay oportunidades
que solo se dan una vez en la vida ¿Por qué tanta prisa? le pregunto al
corazón. Porque el tiempo se le agota a mis latidos, me responde.
Nuestra misión es liberar a otros del sufrimiento, darles una razón o un
sentido profundo a otras existencias, Tenemos que ser luz y esperanza
para ofrecer oportunidades y sueños a los que carecen de ellas Sin
importar quién reciba más. Lo esencial es aprender a dar, sin pensar
quien es más feliz, quien recibe más
No hay que pensar ni detenerse a calcular, si alguien necesita de una
mano, de un apoyo, o de un empujón, porque a veces el cansancio o el
miedo nos estancan. Tenemos que aprender a escuchar a esos que se
sumergen en silencios profundos”.
Héctor Cediel Guzman (“Cedielus”)
Colombia
hectorcediel@gmail.com
Continuará
>>>>
<<< <Ir a capítulo anterior
|