LA QUIMIOFOBIA
Seguramente usted ha oído frases que afirman que todo lo “químico” es malo,
dañino, tóxico, venenoso o causa cáncer. Contrariamente, todo aquello que es
“natural” se considera automáticamente sano, beneficioso, curativo o al
menos inocuo. De ahí modas como el consumir alimentos “orgánicos” porque “no
contienen químicos”, y satanizar todos los productos de la industria química
y farmacéutica.
Desde luego, de nada sirve explicar que “químicos” somos las personas que
estudiamos una licenciatura en esa materia, y que la palabra correcta a usar
es compuestos o sustancias químicas.
Tampoco sirve de gran cosa aclarar que toda la materia común, incluyendo los
animales, plantas y nuestro propio cuerpo, están hechos de compuestos
químicos, por lo que la idea de alimentos que no los contengan es absurda.
Como me gusta decir, hasta el agua pura es pura química.
La idea de que todo lo químico es malo se llama quimio fobia, y es un
prejuicio. Pero cuando se explica lo anterior a quienes lo padecen,
simplemente lo sustituyen por otro prejuicio equivalente: el de que todo lo
artificial es dañino, mientras que lo natural es sano.
Para ver lo falso de esta otra idea basta con recordar que numerosos venenos
y toxinas provienen de plantas, animales, hongos o bacterias (incluyendo la
toxina botulínica, el veneno más tóxico conocido: bastan unos 350 nanogramos,
o milésimas de miligramo, para matar a un adulto de 70 kilos; sin embargo,
en dosis aún más bajas sirve para paralizar los músculos faciales y borrar
temporalmente las arrugas… quizá la conozca usted bajo el nombre de Botox).
Quienes satanizan lo químico o lo artificial tienden a pensar, también, que
“la naturaleza es sabia” y jamás hace nada que pueda dañar a los seres
vivos.
Por eso les puede resultar sorprendente enterarse de que una de las
sustancias más conocidas por causar cáncer, el benzopireno es producido al
quemar compuestos orgánicos, y por tanto presente en el hollín y el humo de
tabaco como en las carnes al carbón. Sólo se vuelve carcinogénica cuando es
transformada, por un grupo de enzimas dentro de nuestras células en un
derivado que es el que puede causar cáncer.
¿Por qué el cuerpo humano contendría una enzima que transforma una sustancia
más o menos inocua en un carcinógeno? La razón es que esa transformación es
un primer paso, llamado bio activación, para poder eliminarla
eficientemente.
Puede sonar complicado, pero hay que recordar que cada célula de nuestro
cuerpo es un sistema químico increíblemente complejo, formado por miles de
distintas moléculas que constantemente participan en intrincadas cadenas de
reacciones químicas. Nosotros mismos, nuestros cuerpos, no somos más que
sistemas químicos. Es natural que algunas de estas numerosas reacciones
tengan consecuencias indeseadas, pero inevitables.
Estas enzimas (los Citocromos 450) están presentes en prácticamente todas
las especies vivas conocidas y participan en muchísimas reacciones vitales
para el organismo. Reacciones de óxido-reducción, en las que toman
electrones de algún compuesto, que se oxida, y lo pasan normalmente al
oxígeno, que se reduce para formar agua. Así, los citocromos P450 oxidan
compuestos químicos para, por ejemplo, eliminarlos del organismo, pero a
veces en el proceso los vuelven carcinogénicos. Así es la bioquímica: ni
buena ni mala; solamente complicada.
Así resulta que algo tan natural e inofensivo como el jugo y la pulpa de
toronja (pomelo) contienen varios compuestos, entre los que se hallan la
naringenina y la bergamotina, además de furanocumarinas, que pueden alterar
la actividad de los citocromos P450. Y como estas enzimas son
importantísimas para activar o para eliminar muchos de los medicamentos que
se usan para tratar diversas enfermedades (incluyendo cáncer e infección por
VIH), el consumo de toronja puede interferir peligrosamente con el
tratamiento, causando que sea ineficaz o, por el contrario, favoreciendo una
posible sobredosis. Si uno está bajo cualquier tratamiento farmacológico, es
mejor evitarla.
¿Cuál es la moraleja? Que ni la naturaleza es sabia, ni lo químico es malo,
ni las cosas se pueden reducir a simplonas frases de auto-superación. Que la
vida misma es un proceso químico. Y que es importante saber química, y tener
médicos y farmacólogos que la dominen, para poder vivir saludablemente.
Fuente :https://lacienciaporgusto.blogspot.com.ar/2017/05/cancer-toronjas-y-quimica.html
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