LA REVISTA NATURISTA DE ARGENTINA Y DE AMÉRICA LATINA

LA QUIMIOFOBIA

Seguramente usted ha oído frases que afirman que todo lo “químico” es malo, dañino, tóxico, venenoso o causa cáncer. Contrariamente, todo aquello que es “natural” se considera automáticamente sano, beneficioso, curativo o al menos inocuo. De ahí modas como el consumir alimentos “orgánicos” porque “no contienen químicos”, y satanizar todos los productos de la industria química y farmacéutica.

Desde luego, de nada sirve explicar que “químicos” somos las personas que estudiamos una licenciatura en esa materia, y que la palabra correcta a usar es compuestos o sustancias químicas.

Tampoco sirve de gran cosa aclarar que toda la materia común, incluyendo los animales, plantas y nuestro propio cuerpo, están hechos de compuestos químicos, por lo que la idea de alimentos que no los contengan es absurda. Como me gusta decir, hasta el agua pura es pura química.

La idea de que todo lo químico es malo se llama quimio fobia, y es un prejuicio. Pero cuando se explica lo anterior a quienes lo padecen, simplemente lo sustituyen por otro prejuicio equivalente: el de que todo lo artificial es dañino, mientras que lo natural es sano.

Para ver lo falso de esta otra idea basta con recordar que numerosos venenos y toxinas provienen de plantas, animales, hongos o bacterias (incluyendo la toxina botulínica, el veneno más tóxico conocido: bastan unos 350 nanogramos, o milésimas de miligramo, para matar a un adulto de 70 kilos; sin embargo, en dosis aún más bajas sirve para paralizar los músculos faciales y borrar temporalmente las arrugas… quizá la conozca usted bajo el nombre de Botox).

Quienes satanizan lo químico o lo artificial tienden a pensar, también, que “la naturaleza es sabia” y jamás hace nada que pueda dañar a los seres vivos.

Por eso les puede resultar sorprendente enterarse de que una de las sustancias más conocidas por causar cáncer, el benzopireno es producido al quemar compuestos orgánicos, y por tanto presente en el hollín y el humo de tabaco como en las carnes al carbón. Sólo se vuelve carcinogénica cuando es transformada, por un grupo de enzimas dentro de nuestras células en un derivado que es el que puede causar cáncer.

¿Por qué el cuerpo humano contendría una enzima que transforma una sustancia más o menos inocua en un carcinógeno? La razón es que esa transformación es un primer paso, llamado bio activación, para poder eliminarla eficientemente.

Puede sonar complicado, pero hay que recordar que cada célula de nuestro cuerpo es un sistema químico increíblemente complejo, formado por miles de distintas moléculas que constantemente participan en intrincadas cadenas de reacciones químicas. Nosotros mismos, nuestros cuerpos, no somos más que sistemas químicos. Es natural que algunas de estas numerosas reacciones tengan consecuencias indeseadas, pero inevitables.

Estas enzimas (los Citocromos 450) están presentes en prácticamente todas las especies vivas conocidas y participan en muchísimas reacciones vitales para el organismo. Reacciones de óxido-reducción, en las que toman electrones de algún compuesto, que se oxida, y lo pasan normalmente al oxígeno, que se reduce para formar agua. Así, los citocromos P450 oxidan compuestos químicos para, por ejemplo, eliminarlos del organismo, pero a veces en el proceso los vuelven carcinogénicos. Así es la bioquímica: ni buena ni mala; solamente complicada.

Así resulta que algo tan natural e inofensivo como el jugo y la pulpa de toronja (pomelo) contienen varios compuestos, entre los que se hallan la naringenina y la bergamotina, además de furanocumarinas, que pueden alterar la actividad de los citocromos P450. Y como estas enzimas son importantísimas para activar o para eliminar muchos de los medicamentos que se usan para tratar diversas enfermedades (incluyendo cáncer e infección por VIH), el consumo de toronja puede interferir peligrosamente con el tratamiento, causando que sea ineficaz o, por el contrario, favoreciendo una posible sobredosis. Si uno está bajo cualquier tratamiento farmacológico, es mejor evitarla.

¿Cuál es la moraleja? Que ni la naturaleza es sabia, ni lo químico es malo, ni las cosas se pueden reducir a simplonas frases de auto-superación. Que la vida misma es un proceso químico. Y que es importante saber química, y tener médicos y farmacólogos que la dominen, para poder vivir saludablemente.

Fuente :https://lacienciaporgusto.blogspot.com.ar/2017/05/cancer-toronjas-y-quimica.html

 

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