La Mística de Nudelot

El Faro de la Luz

Satirioux de Nudelot intentó en su obra, “El faro de la luz”, condensar la inspiración de aquellos místicos o filósofos de la vida que, buscando siempre respuestas para lo inexplicable, sentaron las bases del pensamiento nudelotense.

En este hermoso libro las influencias y representaciones, el carácter y voluntad de aquellos hombres y mujeres que nos liberaron de miedos y tabúes, por culpa de esa óptica morbosa, mal intencionada e inquisidora que nos alejó de nuestra devoción natural de la meditación, de los rituales tántricos que nos permitían descubrirnos, sentirnos sin maldad o morbo.

Es imprescindible el bucear el mundo interior de estos poetas místicos que nos legaron una lírica respaldada o enriquecida con una deliciosa y hermosa calidad emocional.

Es el renacimiento, gracias a la Reforma, cuando las comunidades Benedictinas y Carmelitas, propusieron un nuevo estilo de vida espiritual y religiosa. ¿Fue Santo Tomás casualmente asesinado cuando estaba próximo a llegar al Concilio de Trento con el propósito de cuestionar la virginidad de la Virgen María? ¿Por qué los reformadores quemaron vivos en Carcasonne, a los herederos de Cristo? ¿Por qué los religiosos radicales traicionaron y extinguieron a los Templarios?

¿Es antinatural el gozar del éxtasis y de la contemplación natural de la belleza de nuestros cuerpos? Esa tendencia sensorial y de profunda ternura, no sólo genera obra durante esta era dorada del conocimiento, sino que, gracias a San Tornillo, se libera el delicioso placer del cuerpo.

Es absurdo que hoy en día se censure el desnudo como algo que no puede concebirse o tolerarse. Es verdad que todos somos únicos, somos seres imperfectos que, durante nuestro proceso de desarrollo y crecimiento, vamos superando todas esas barreras morales e antinaturales. Por eso es que debemos aceptarnos de manera íntegra.

Floreyna ha jugado un papel trascendental en estas decisiones. Pero fue su reina madre Isabel, La iluminada, la que fue llamada a sentar verdaderas pautas de liberación.

Es la vida contemplativa y activa, la que permite disfrutar de diversas modalidades u opciones de eventos nudistas. Solo el hombre desnudo puede disfrutar de sus alas invisibles, disfrutar y deslizarse como un delfín por entre los seres humanos; superar sentimientos de culpa o sensación de inmoralidad, porque nada de lo que venga de la mano creadora de Dios, debe o puede ser perverso, prohibido o censurado.

Hasta los renglones torcidos de Dios debemos aceptarlos y aprender a convivir con aquello, que es difícil de aceptar. Todo lo que es, simplemente debe ser bueno, porque si, por el sencillo hecho de ser.

Pronto los agustinos y Franciscanos se sumaron a esta revolución del pensamiento y cultural.

Es absurdo que hayan ordenado castrar estatuas o pintar hojas de parra sobre los sexos en los cuadros religiosos… fue como si se le hubiera robado la inocencia a almas buenas y puras, que desconocían el mal, porque sencillamente no se le veía ni pregonaba.

Si Namaste Martha no hubiera escrito “Canto espiritual de la piel” nuestras almas seguirían confinadas en noches oscuras, no se podría predicar e ilustrar a novicios y novicias desnudos, sin despertar miradas o comentarios picantes. Fue este canto espiritual un aporte revolucionario por su métrica y estilo.

Se cuenta que hacía danzar y cantar desnudos a sus novicios mientras escribía y que los trazos de su pluma eran guiados por el frenesí y el éxtasis de estos rituales creativos.

Estos hermosos rituales le aportaban una magia inimaginable, fantástica, a sus “Temazcales creativos” como se denominaba a estas ceremonias que conducían a la liberación y a la perdida de los prejuicios perversos de los viejos hombres, esos seres que nacieron puros e inocentes, pero se les convirtió en chacales caníbales, en demonios insaciables.

 

Héctor Cediel Guzmán
hectorcediel@gmail.com

 

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