La
peste que asoló Nudelot despertó la necesidad de vivir la vida con
frenesí y más pasión. De tal modo el psicólogo Foidius atendió numerosos
pacientes en busca de una solución para lograrlo. Pero tantos eran los
pacientes , que decidió reunirlos en la plaza central para hablar a la
multitud sin cobrar honorarios.
Y
estas fueron sus palabras que el público escucho con devoción:
“Descubrimos que hay muchos tipos de vida dentro de la vida, pero que
deberíamos buscar hasta descubrir la verdadera y que deberíamos vivir
como queremos o cómo creemos que debemos hacerlo.
Es difícil definir cuál es la
verdadera vida, pero lo importante es resistir ante las nuevas formas de
alienación. Si nos detenemos a ver o a analizar la vida, quizás dudemos
que sea lo que parece
Es preciso despojarnos de esos
velos que distorsionan a las imágenes. La realidad se debe ver sin
velos. No podemos continuar presos de la vacuidad, seguir abandonando
nuestro desarrollo personal, persiguiendo sólo la riqueza, como burros
hipnotizados o enceguecidos por una zanahoria…
Nuestras raíces no pueden seguir
siendo frivolidades y sólo el pensamiento y la buena reflexión nos
pueden generar una espiritualidad válida. La felicidad no es un producto
que se pueda comprar en el mercado.
Hay pseudo filosofías que
ofrecen píldoras u opciones, pero son los libros los que nos ofrecen
fórmulas secretas y profundas de felicidad. El obsesionarnos en la
búsqueda de la felicidad nos puede conducir a un desencanto suicida.
Todos estamos involucrados en
este teatro del absurdo, cada uno aspira a diferentes respuestas o
metas, todas las condiciones son heterogéneas, pero es casi imposible
vivir plenamente, porque siempre habrá preguntas y expectativas.
No puede darse un sentimiento
general que haga felices a todos, porque cada uno es único. La vida es
un ser vivo que muta, que evoluciona. Existe una gran diferencia entre
vivir y sobrevivir. Hay una vida moral y política, una vida que es estar
vivo y otra, una vida viva. La no vida es lo que nos debe cuestionar.
Siempre después de una peste o
pandemia, se ha despertado una angustiosa búsqueda por una vida
verdadera. Hay vidas liberadoras y vidas liberadas. La libertad angustia
y por eso, muchos eligen ser ciegos, hormigas, códigos, cosas útiles o
inútiles…
Abrir los ojos genera miedo,
pero hay que hacerlo. Las pseudovidas son ficticias, es sobrevivir sin
razón o sin sentido. ¿Qué es la verdad y que es ficticio? Cada uno debe
encontrar sus respuestas.
Promover un desarrollo,
enfrentándonos a todos contra todos, es lo más ilógico que podamos
imaginar. La tecnología nos está alienando, está apagando la magia de
los sentidos, está deconstruyendo al hombre, Todos estamos intentando
sobrevivir de la manera más digna.
¿Qué es lo que contamina y
oscurece la vida? Antes creíamos que el trabajo nos alienaba, hoy
tratamos de rescatarlo, renunciando al exceso de tecnologías. Hoy el
lenguaje universal es amor y humanismo. El ser ha vuelto a ser el eje de
todo lo vital.
El nudelotense debe ser
emprendedor, apasionarse por crear cambios. Inspiración, persistencia y
resiliencia nos deben caracterizar. La salud mental es un problema
multicausal que debe preocuparnos. Aumenta el insomnio y los cambios
drásticos de humor.
La ansiedad y la depresión
ocupan casi un 62% de los problemas de salud mental, que hace que 1% de
las muertes sea por suicidio y casi un 60% sean menores de 50 años.
No existe vacuna alguna y es el
nudismo el que puede aportar factores protectores. muchos son
inimaginables las sombras tormentosas de sufrimientos y retos.
La promiscuidad y la pobreza no
han formado personas fuertes, sino zombis con almas heridas. Engendros
de la vulnerabilidad y de los silencios oscurantistas de muchas familias
Por ello vivir la vida al
desnudo, sin disfraces ni autoengaños, ¡¡¡es la única solución !!!
Nudelotenses, seguid las indicaciones de vuestro corazón, el único que
puede aconsejarnos sin equivocarse…”
Héctor Cediel Guzmán
Bogotá, D.C. Colombia
hectorcediel@gmail.com
Continuara >>>
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