Nudelot literario
Caminando Desnudo Bajo la Lluvia
Hay una lluvia por aquí. La había oído anoche afuera, antes de
acostarme. Sonó un poco más fuerte esta mañana, lo suficientemente fuerte
como para despertarme. Solo había una pequeña posibilidad de que lloviera en
el pronóstico. Es una sorpresa.
Mientras me dirijo a la entrada
donde está estacionada mi camioneta, hay algunas gotas y un aire fresco
encantador. Paso por el área del porche donde todo está seco. Hay una ligera
cortina de agua saliendo del techo. Paso. Me golpea los hombros y ahora hay
un par de manchas húmedas en mi cuero cabelludo. Continúo.
He llegado a la entrada. "Sí, las
ventanas están bien". Se siente bien estar desnudo y descalzo, despertando
con esta cálida llovizna de verano. Esto es tan bueno como estirarse en la
cama, simplemente estar consciente y cómodo, pelando cada capa de la
cubierta a medida que la sensación fluye a través de todo, pero esto es
ciertamente más rápido.
"¿Qué es eso?" A unos doscientos
pies por el camino de entrada, al lado, lo oigo. "¿Es un auto que viene por
el camino?" ¿Qué está pasando en la casa de Robyn?" "¿Podría ser que allí
esté lloviendo?"
"¡Está lloviendo!" Estoy de pie en
el camino de entrada. El suelo arenoso está húmedo y arenoso en mis pies
descalzos, como una playa. "¡No llueve aquí, mucha al final del camino de
entrada, mucha al lado!" "
¿Viene hacia mí o solo está de
visita? Tal vez yo..." Lo oigo moverse. Es fuerte. Es una lluvia fuerte que
cae. Está creando un susurro, mientras el agua cae a través del tejido de
ramas y pequeñas hojas, con una violencia bienvenida.
Se oye un baile mientras grandes
cantidades se deshacen, se separan, caen a la siguiente posición y luego a
la siguiente, hacia abajo, todas en masa. Se oye un golpeteo en la arena y
una repentina comprensión de que la conmoción de al lado son gotas grandes y
pesadas.
"¿Será granizo?" Las primeras pistas
se dirigen aleatoriamente a mi piel vulnerable. Empieza a golpearme, pero
son suaves y cálidas al aplastarse, ahora con frecuencia, contra mi piel,
una piel que conoce sutiles diferencias.
La piel conoce la temperatura del
aire, la velocidad con la que la brisa transporta las gotas, cuántas gotas
por metro cuadrado, de dónde viene y con qué rapidez. ¿Cuánto tiempo se
mantendrá? ¿Se enfriará esto?
Una manta de lluvia me envuelve en
sonido y actividad. La mente quiere correr. ¿Debería tensarme o retirarme
del impacto inminente?
Recuerdo el frío impactante de las
fuertes lluvias pasadas. El cuerpo se tensa y busca refugio. En un instante,
este cuerpo lo sabe y, desde un lugar muy tranquilo, se adapta y tranquiliza
la mente.
La comprensión llega rápidamente y
comienza una exploración tranquila y sensual; es realmente placentero. ¡Qué
placer, desnudo bajo una cálida lluvia de verano!
Para cuando llego a mi puerta, la
pequeña tormenta ya ha pasado. Estoy despierto, consciente, he dormido
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